La historia de los cartuchos de tinta: desde su origen hasta el día de hoy

¿Sabías que la impresión por inyección de tinta ha tenido un fuerte impacto en la forma de difundir la información? ¡Conoce la historia de los cartuchos de tinta con Ntt-toner!

 

En la actualidad, basta con ir a tu tienda de impresión favorita o conectarte en línea para adquirir una impresora de inyección de tinta con una calificación BBB, es decir, buena, bonita y barata. No obstante, estos equipos no estaban al alcance de todos en sus orígenes. De hecho, su diseño era muy diferente al que conoces y solo eran utilizados por empresas que necesitaban procesar una gran cantidad de datos en poco tiempo.

 

¿Te interesa saber más? Entonces, ¡sigue leyendo y descubre los comienzos de esa impresora que tienes en casa -y de sus cartuchos de tinta– con nosotros!

 

Los antecedentes de los cartuchos de tinta y de la impresión por inyección

Podríamos decir -sin temor a equivocarnos- que la historia y evolución de la impresora -y de sus consumibles- está íntimamente relacionada con el ordenador. Por eso el primer salto que daremos en la línea de tiempo se remonta al siglo XIX en Gran Bretaña. Charles Babbage -considerado por muchos como el padre de la computación- fue el primero en concebir la idea de una impresora moderna.

 

Durante la elaboración de la máquina analítica, Babbage creó los planos de una impresora de 2,5 toneladas que empleaba más de 8.000 piezas en la reproducción de información digital, específicamente, datos de cálculos. El equipo permitiría al usuario elegir entre dos tipografías diferentes, así como programar el número de columnas de las tablas y el estilo de las líneas. Aunque el matemático e inventor nunca llegó a construirla, el Museo de Ciencias de Londres llevó a cabo la elaboración de una réplica con los planos de Babbage y está en exhibición desde el 2001.

 

La próxima parada que haremos en la línea de tiempo se sitúa en el año 1938 con el nacimiento de la fotocopiadora. Este fabuloso invento de reproducción de textos, líneas, diagramas e imágenes se le atribuye al fundador de Xerox, Chester Carlson. El dispositivo funcionaba con xerografía -un método de impresión que emplea pigmentos secos con conducción electroestática- y es el antepasado más cercano de una impresora a láser. Pero, ¿cómo se llegó desde ahí a la impresión con inyección térmica y al uso de cartuchos de tinta?

 

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La evolución de los tipos de impresión: desde la xerografía hasta la inyección térmica

Como ves, a diferencia de lo que la mayoría de las personas piensan, la impresión xerográfica -primer antecedente histórico de la impresión a láser- es más vieja que la impresión con inyección térmica de tinta. De hecho, pasarían algunos años hasta que un equipo con esta tecnología viera la luz. Siguiendo con la evolución de la impresora -justo después de la creación de la fotocopiadora de Xerox- encontramos el nacimiento de otro sistema de impresión que, en su momento, revolucionó la reproducción de textos e imágenes: la impresión por matriz de puntos.

 

Este método fue patentado por otro gigante tecnológico (IBM) y se lanzó al mercado en 1957. El dispositivo estaba equipado con un cabezal de impresión que funcionaba de forma similar al de una máquina de escribir. El consumible que utilizaba era una cinta de tinta que, al entrar en contacto con las agujas de la impresora, transmitía el diseño digital al papel. La impresora de matriz más famosa fue la IBM 1403: el modelo era capaz de reproducir 48 caracteres incluyendo dígitos e íconos especiales, como el símbolo del dólar o el numeral.

 

Por supuesto, Xerox no se quedó atrás. Tratando de perfeccionar el sistema de impresión por xerografía de Carlson, descubrió la impresión a láser tal como hoy la conocemos. El EARS era enorme y fue el primer modelo Xerox que utilizaba pigmento seco en polvo para la impresión comercial. Sin embargo, el producto que introdujo por primera vez el láser óptimo fue el Xerox 9700, uno de los dispositivos de impresión más vendidos en 1977.

 

Hasta aquí la industria pensaba que la historia -y la tecnología- de la impresión ya estaba escrita. Pero no contaba con la aparición de un competidor que -hoy por hoy- sigue liderando el mercado de la impresión: Hewlett Packard.

 

El «accidente» de HP que lo llevó a la creación de los cartuchos de tinta

Tal como otros descubrimientos científicos y tecnológicos, la impresión por inyección de tinta se creó por accidente. Su concepto se originó en el siglo XX cuando uno de los integrantes del equipo de Hewlett Packard -conocido como HP- se preparaba una taza de café. El científico notó que su cafetera eléctrica era capaz de generar café a través del calor y se preguntó por qué no podría trasladar esta tecnología a la impresión con tintas.

 

Después de años de investigación y pruebas, HP lanzó la impresión por inyección térmica en un equipo al que bautizaron HP ThinkJet. Esta impresora de 1984 le dio un giro al mercado desplazando a la impresora de matriz de puntos, convirtiéndose en uno de los modelos más vendidos para la impresión monocromática. El equipo utilizaba un sistema térmico para imprimir con chorros de tinta negra sobre el papel Bond. ¿Lo nuevo? No solo era más pequeño que una impresora de matriz, ¡también tenía un funcionamiento silencioso!

 

Después de su éxito, la marca debutó en el mercado del color con la HP PaintJet (1987) y justo antes del comienzo de la década de los 90, comenzó a comercializar uno de sus equipos más icónicos hasta la fecha, el HP DeskJet.

 

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El viaje de la impresión por inyección térmica

Antes de reseñar las primeras apariciones de los cartuchos de tinta, veamos cómo fue la evolución de la impresora de inyección térmica a lo largo del tiempo. Para ello, tomaremos los datos de una de las marcas más icónicas del mercado: HP

 

MODELO     INNOVACIÓN
Prototipo     1979. Investigación para crear la tecnología de impresión por inyección térmica.
HP ThinkJet     1984. Impresión por chorros de tinta negra. Primer equipo de inyección en B/N.
HP PaintJet     1987. Primera impresora de inyección HP a color. Se introducen los colores CMY.
HP DeskJet     1989. Primera impresora a color para el hogar con resolución de 300 ppp.
HP DeskJet 500C     1991. El más vendido en los 90. Con cartuchos reciclables. (HP Planet Patners)
HP OfficeJet     1994. Primera impresora multifunción con modo de copiado para la oficina moderna.
HP PhotoSmart     1997. Aparición del uso de 6 tintas independientes para imágenes de alta calidad.

El funcionamiento de las impresoras no es lo único que ha cambiado en el tiempo: su precio también lo hizo. De hecho, la HP DeskJet más económica tenía un coste de venta al público de 900€, mientras que en la actualidad puedes encontrar un modelo DeskJet -más moderno y con más funcionalidades- por tan solo 27€.

 

Los cartuchos de tinta: sus primeras apariciones

La primera aparición de los cartuchos de tinta fue en el año 1984 con el lanzamiento al mercado de la HP ThinkJet. Pero, a diferencia de los consumibles que hoy conoces, esta unidad era algo diferente. Se trataba de un contenedor muy pequeño que incluía el cabezal de la impresora y que tenía suficiente pigmento como para imprimir 500 páginas a una velocidad de 150 caracteres por segundo. Poco a poco el cartucho fue evolucionando hasta la llegada de la HP DeskJet 500C, la primera impresora de inyección capaz de reproducir diseños en 300 ppp a color o en escala de grises.

 

La impresora utilizaba un cartucho de tinta negro y uno tricolor que incluía los colores cian, magenta y amarillo. Su principal diferencia con un modelo actual es que no era compatible con el trabajo integrado. Cuando el usuario quería imprimir en blanco y negro, debía instalar el cartucho de tinta negro en el equipo y, cuando deseara imprimir a color, tenía que cambiarlo por el cartucho de tinta tricolor.

 

Las marcas que lideraban el mundo de la impresión térmica en los años 90 eran, principalmente, cuatro: HP encabezaba la lista seguida por Canon, Lexmark y Epson. El resto es historia. Ya sabrás que esta tecnología de impresión cogió vuelo rápidamente porque los equipos de inyección -a diferencia de los demás de la época- admitían distintos tamaños y tipos de papel, y reducían el tiempo de impresión al máximo. Además, el coste por página impresa era el más económico del mercado llegando incluso a reproducir imágenes en 600 puntos por pulgada.

 

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El funcionamiento de un cartucho de tinta

Los cartuchos de tinta se componen de diferentes partes: un contenedor, que es la base del cartucho; uno o más depósitos de tinta y, en las versiones más modernas, un microchip o contacto electrónico.

 

La impresión con un cartucho de tinta -a diferencia de la impresión de matriz- se realiza sin contacto. La tinta se transforma en pequeñas gotas que son inyectadas por el cabezal de impresión. Los cabezales se mueven de forma horizontal y vertical creando los puntos de impresión. Este método permite que el equipo pueda imprimir dos líneas de pixeles al mismo tiempo.

 

Anteriormente, una impresora de inyección solo utilizaba uno o dos cartuchos de tinta de color negro y tricolor. Pero esta combinación no era sostenible en el tiempo: muchos usuarios debían cambiar el cartucho de tinta tricolor antes de que todas las tonalidades se agotaran, lo que hacía que perdieran dinero. Las grandes empresas solucionaron esto implementando un sistema de tintas independientes. Hoy en día hay modelos que utilizan más de diez cartuchos de tinta; incluso combinan el uso de tintas colorantes con pigmentos de alta densidad para jugar con las texturas y generar colores de diferentes intensidades.

 

Los tipos de cartuchos de tinta de la actualidad

Si bien la mayoría de las impresoras de inyección térmica funcionan de forma similar, no todas utilizan el mismo tipo de cartuchos de tinta. Desde su aparición hasta nuestra época, son dos los consumibles que se han popularizado en el mercado:

 

El cartucho de tinta piezo-eléctrico

Este es el sistema insignia de Epson. Los cartuchos de tinta solo funcionan como contenedores porque el sistema de impresión está en el equipo, es decir, los cabezales. La impresora cuenta con un cristal que modifica su forma con cada carga eléctrica. Esto hace que el dispositivo sea capaz de generar gotas de tinta de tamaño variable con gradaciones de color suaves, dando como resultado una impresión de alta resolución gracias al funcionamiento conjunto de unos 33.000 inyectores de tinta.

 

El cartucho térmico de tinta

También conocido como cartucho de tinta bubble jet. Este es el sistema de impresión preferido por HP. A diferencia de la tecnología piezo-eléctrica de Epson, un cartucho bubble jet está equipado con sus propias boquillas de tinta; es decir, los cabezales. El calor de la impresora -que alcanza los 500° C o más- calienta la tinta y permite que se separe en pequeñas burbujas. Esta tecnología puede usar hasta 32 gotas diferentes de tinta para crear un solo color. Para que tengas una idea, cada vez que imprimes una fotografía estándar 10 x 15 cm con una impresora HP, se crearán -al menos- 35 millones de gotas.

 

Pero, ¡no te dejes engañar por lo complicado del proceso! Las impresiones con un cartucho térmico de inyección son muy rápidas. Cada inyector puede trabajar a más de 50 kilómetros por hora generando un aproximado de 35.000 gotas por segundo. Impresionante, ¿cierto?

 

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Los colores más utilizados en los cartuchos de tinta

Al principio, solo existía la oscuridad. ¿Traducción? Nada más había cartuchos de tinta negros. Pero después, los fabricantes hicieron la luz y ¡el color! Con la llegada del cartucho de tinta tricolor, ahora los usuarios tenían cuatro colores básicos para imprimir sus diseños digitales: cian, magenta, amarillo y negro.

 

Con la salida al mercado de las tintas independientes, se amplió la gama de cartuchos de tinta. Por ejemplo, hoy puedes encontrar colores como:

  • Rojo
  • Gris
  • Verde
  • Gris claro
  • Cian claro
  • Magenta claro

La cantidad de colores que usará tu impresora dependerá de la marca y del uso del equipo. Los modelos de oficina suelen imprimir solo en monocromo, las impresoras del hogar a color con las tonalidades básicas y las fotográficas incorporan el uso de otras tonalidades y pigmentos, como el negro foto, el blanco o el magenta claro.

 

Los tipos de tinta que usan los cartuchos de impresión

Los fabricantes emplean distintos pigmentos y colorantes para la elaboración de los cartuchos de tinta. Esto permite que la impresora pueda crear tonalidades intensas, gradaciones suaves, sombras, bordes definidos y juegos de luz y sombra dependiendo del tipo de impresión. La calidad y fórmula de la tinta empleada también influye en el tiempo de secado de la impresión, en la nitidez, en la resolución de la imagen y en su duración. Veamos algunos de los tipos de tinta más comunes:

 

Cartuchos de tinta pigmentada

Esta fórmula tiene un color intenso que permanece en el papel intacto por mucho más tiempo. El grado de color es más profundo y, gracias a su viscosidad, permite la creación de más páginas impresas. La tinta de pigmento se elabora mezclando una base oleosa con un polvo de pigmento muy fino y potente. El brillo que le da a las imágenes, textos y fotografías suele ser mayor al de las tintas colorantes y provee a los colores con una capa que los protege de la luz y de la humedad. No obstante, tardan más en secarse.

 

Cartuchos de tinta colorante

Son los más comunes en la impresión a color. Este tipo de tinta se elabora con una base de agua, lo que permite que las gradaciones de color que se generen sean más realistas y suaves. Si bien su brillo no es igual al producido con un cartucho de tinta de pigmento, se seca casi al instante evitando así los errores más comunes de la impresión.

 

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